Cambio climático

1. CAMBIO CLIMÁTICO Y RIESGOS AMBIENTALES.

Junto a la dependencia y a la escasez de los combustibles fósiles, el uso de la energía se ha convertido en un grave riesgo para el planeta y para la humanidad. Nuestra sociedad se encuentra ligada al aprovechamiento de los recursos naturales, pero al mismo tiempo a la confortabilidad ambiental dada por el clima, a la disponibilidad de aire limpio y de un ecosistema regulado que permita nuestra existencia.

Se puede construir una relación entre la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la temperatura de la misma. ¿Qué pasará si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero?


2. RELACIÓN ENTRE CONCENTRACIÓN CO2 Y TEMPERATURA DE LA ATMÓSFERA

Fuente: Petit J.R. et al. Revista Nature nº 399: 429 – 436. Año 1999.

Queda demostrada la relación entre el calentamiento global del planeta y la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), entre los que se encuentran el dióxido de carbono (CO2) el metano (CH4), y el óxido nitroso (N2O). Estos gases se desprenden mayoritariamente como consecuencia del uso de combustibles fósiles, creando una película gaseosa en la atmósfera que impide la salida de la radiación infrarroja hacia el espacio, aumentando la temperatura; de aquí que a este fenómeno se le denomine efecto invernadero.

En el último siglo, Europa ha incrementado la temperatura media 1ºC, a un ritmo mayor que el resto del planeta; España se ha calentado más aún que la media europea, entre 1,2 ºC y 1,5 ºC.

Para preveer situaciones futuras, se utilizan modelos matemáticos que relacionan los GEI con la temperatura. Con un incremento de temperatura superior a 2ºC, dado por la alta concentración de GEI, el planeta entrará en una situación de grandes catástrofes ambientales (sequías, tornados, elevación del nivel del mar…), con importantes consecuencias para la vida en su conjunto.

Esto también afecta a las sociedades humanas, ya que se ven modificados los patrones agrícolas, la disponibilidad de agua, las temperaturas, la extensión de enfermedades o las inundaciones de grandes zonas costeras e islas, lo que podría provocar enormes migraciones humanas, un gran caos económico, crisis alimentaria y, en definitiva, una crisis humanitaria.

¿Qué es el Efecto Invernadero?

Es el fenómeno por el que determinados gases presentes en la atmósfera, retienen parte de la energía que emite el suelo al haberse calentado por la radiación solar.
Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero. Esto ha permitido el desarrollo de vida en la Tierra.
Sin embargo, la emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso, debido a la actividad humana principalmente, están acentuando este fenómeno, con riesgo de importantes consecuencias.
La energía solar es absorbida por la superficie terrestre y se calienta. Así, ésta emite calor en forma de radiación infrarroja hacia la atmósfera.
El incremento de estos dos grados centígrados coincide con una concentración en la atmósfera de 400 partes por millón (ppm) de gases de efecto invernadero. Si no se adoptan medidas de reducción, este valor se alcanzará hacia el año 2016.

Los modelos de simulación para Andalucía muestran que los impactos del cambio climático sobre nuestro territorio serán de un marcado carácter negativo.

  • Incremento de las temperaturas medias.
  • Calentamiento más acusado si las emisiones son mayores.
  • Aumento de las temperaturas medias, significativamente mayores en verano que en invierno.
  • Calentamiento más acusado, en verano, en las zonas del interior.
  • Menor precipitación acumulada anual.
  • Mayor amplitud y frecuencia de anomalías térmicas mensuales.
  • Mayor frecuencia de días con temperaturas máximas extremas, especialmente en verano.
  • Mayor reducción de la precipitación en los meses de primavera, fundamental-mente en el último tercio de siglo.
  • Aumento de la superficie árida en el territorio andaluz.
  • Incremento del nivel del mar en torno a 0,5 m para finales de siglo.
  • Reducción de superficie dedicada a la agricultura.
  • Desaparición de especies adaptadas a rangos de temperatura muy concretos.