Energías renovables

ENERGÍA BIOMASA

Es el conjunto de la materia orgánica de origen vegetal o animal como resultado de la transformación natural o artificial. La biomasa se deriva de los diferentes tipos de materia orgánica: cultivos energéticos (semillas oleaginosas, plantas que contienen azúcar), la silvicultura, los residuos agrícolas o urbanos, incluida la madera y los residuos domésticos. La biomasa puede utilizarse para la calefacción y producción de electricidad, así como los biocarburantes para el transporte. La biomasa puede ser sólida (plantas, madera, paja y otras plantas), gas (a partir de residuos orgánicos, residuos de vertederos) o líquida (derivados de cultivos como el trigo, la colza, la soja, o de materiales lignocelulósicos).
El uso de la biomasa puede reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. El dióxido de carbono que emite cuando se quema se ve contrarrestado por la cantidad absorbida cuando se cultiva la planta en cuestión. Sin embargo, el ahorro neto de gases de efecto invernadero también depende del cultivo y la producción de combustible de los procesos utilizados.

Tipos de Biomasa
Biomasa del Olivar
Caldera Biomasa Municipios

RESIDUOS:

Es el caso de residuos sólidos urbanos (RSU), la madera, residuos de madera y otros residuos sólidos, la producción se deriva del calor producido después de la combustión y se corresponde con el contenido de calor (PCI) del combustible. En el caso de la digestión anaeróbica de los residuos húmedos, la producción es el contenido de calor del biogás producido, al igual que en el caso de los biocombustibles.

BIOCARBURANTES:

El consumo de energía en el sector del transporte depende casi exclusivamente de la importación de combustibles fósiles – petróleo. El sector se prevé que crezca más rápidamente que cualquier otro hasta el año 2020 y más allá. El sector es crucial para el funcionamiento de la economía en su conjunto. La importancia y la vulnerabilidad del sector del transporte exigen que se tomen medidas rápidamente para reducir su mala contribución a la sostenibilidad, así como reducir la inseguridad del abastecimiento energético de Europa.

Se conocen como biocarburantes a todos los combustibles líquidos conseguidos a partir de diversas transformaciones de la materia vegetal o animal. Pueden ser utilizados en motores de vehículos, en sustitución de los convencionales derivados de combustibles fósiles. Bajo esta denominación, sin embargo, hay dos líneas de productos totalmente diferentes, el bioetanol y el biodiésel.

El bioetanol se obtiene a partir de cultivos tradicionales como el trigo, el maíz o la remolacha, a través de procesos de adaptación de la materia prima, fermentación y destilación. Sus aplicaciones se dirigen a la mezcla con gasolina o con la producción de ETBE, un aditivo oxigenado de la gasolina sin plomo.

La producción de biodiesel se hace a través de operaciones de transesterificación y refino de aceites vegetales, ya sea puro (de girasol u otros) o usado. El producto así obtenido se utiliza en los motores diesel como sustituto del gasóleo.

La biomasa proveniente del sector oleícola andaluz, tanto la que procede de la poda del olivar como la generada por el sector oleícola (las almazaras y las extractoras de orujo de dos fases y orujillo respectivamente), se presentan como la principal baza de nuestra región en biomasa. En este sentido, durante 1999 se comenzaron las fases de análisis y ejecución de diversos proyectos de generación de electricidad con orujillo.